Para entonces ahora...
Por Diego Bang Bang
Un personaje, este
personaje que por el solo hecho de tener la j y la e
como letras finales no es una persona, el personaje que te rompió el
corazón y te lo romperá porque ciertos procesos son inevitables.
Inventar, escribir un
personaje es una trabajo artesanal de esculpir con letras. Por
ejemplo, este personaje que te ha roto el corazón es un alguien que
tiene un gusto muy profundo por la cultura y el movimiento mod.
Sus botas así lo expresan, su corte de cabello lo glosa.
Es importante
diferenciarlo de otros personajes. Por ejemplo, cuando Alberto
Barrera Tyszka escribe: “es flaco pero no larguirucho”. El
venezolano, entonces, se ha dado cuenta de una convención
descriptiva: los flacos, en un estrato de la literatura
latinoamericana, son larguiruchos. Bueno, este personaje que está
rompiéndote el corazón no es una mod cualquiera, se podría
decir que ya ni siquiera es una mod purasangre. Esta hermosa
mod ya no monta scooters y tampoco juega al pinball...
por supuesto, ya no iría a un concierto de los Who o de algún
cantante de Nothern Soul.
Es probable que ni siquiera se conciba
a sí misma como heredera mod.
Este personaje que te
estará rompiendo el corazón es punk. Y no te aseguro esto
para reavivar la manida discusión de qué es ser punk y quién
es más punk según criterios cronológicos. Ambas cosas
irremediablemente baladí. Ambas cosas punk en su peyorativa
acepción. Ella lo es, regresando a lo importante, en tanto busca
romper un orden inmediato de existencia. En tanto con su afición
artística busca una legítima exploración y experimentación
estética. Desde su perforación nasal hasta su último pequeño
mensaje nihilista: “derribemos las palabras, alcemos las
carcajadas”.
Para esta instancia del
texto, ella habrá roto tu corazón varias veces. Para este momento
habrás crecido porque la habrás liberado con el artilugio de las
grafías. Ella no te pertenecerá más ni deambulará como
misterioso numen en los derredores de tu cabeza. Para entonces ahora,
habrás crecido y el dolor será insoportable pero no ocupará el
lugar central. A ese lugar de dolor concentrado lo llamarás “el
lugar del centro de afuera”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario