El último mensaje
Por Diego Bang Bang
Para entender el amor hay
que alejarse de él y eso significa no poder participar de él. No
podré participar, a la sazón, de esa sensación de eternidad. De
esa sensación de estar en el lugar correcto por una sola vez en la
existencia. Algo en mí se destierra por propia voluntad al escribir
lo anterior. No pertenecer a ningún lugar es como pertenecer a todos
lados al mismo tiempo.
El limbo no se ha
aclarado y persisto en pensarlo como una de las formas del infinito.
No importa cuántos cinturones de asteriodes haya visto pasar,
tampoco cuántas estrellas pueda nombrar: la soledad es una y la
misma. De cuando en cuando, me pongo el matescopio para buscar vida en
algún planeta lejano. De más está decir que no he encontrado
ningún tipo de vida que pueda brindarme correspondencia.
Decidí llamar este
lugar, desde donde hablo, como Alpha Centauri. Me parece el lugar
menos inhóspito en años luz. En él pude encontrar fragmentos de
piedra negra cargados de una energía poderosa. Esa energía me ha
brindado un poco de tranquilidad, le llamo el fuego primigenio.
Últimamente los apagones a los alrededores de Alpha Centauri han
sido muy largos. Por eso, he decidido no deambular.
Me he dado cuenta, también,
de la existencia de otras fuerzas aparte de la luz y el fuego
primigenio. Es una fuerza que aún no logro descifrar. Conforme he
avanzado en dirección a Tannhäuser, una especie de sonido en capas
he logrado percibir. Nunca me he atrevido a cruzar esa pared de
sonido.
*
Conforme el eje temporal
avanza, he caído en la cuenta de que mi energía está disminuyendo.
Esto me ha hecho recordar un libro de Principia Mathematica:
"Entropía". En él se describen sucesos como la llegada de luces
multicolores al corazón del plano cartesiano. Todo contado en
radicales y múltiplos de 7, Rey de los Primos. Los Primos, por
cierto, son una forma de vida desconocida a la cual se hace
referencia en múltiples libros del Gran Libro.
Junto a lo anterior,
también se narra el momento decisivo para los Enteros. Primero, la
imposibilidad de poder desplegar el plano cartesiano ni la geometría
plana. Por ende, la fragmentación del eje temporal. Segundo, la
reducción en la correspondencia de los espejos. Es decir, la muerte
progresiva de las grafías redondas para representar a las
incógnitas. Por último, la total pérdida de las correspondencias
entre las grafías angulosas. Dicho de otro modo, la muerte
progresiva de los Enteros. Según el libro matriz, este momento
decisivo se llama Entropía. Y es parte del orden caótico en el cual
todo el universo baila.
*
En este momento, con la
energía al mínimo, he decidido parte de mi azar: voy a dejarme
llevar por las capas de sonido cercanas a Tanhäusser. Si he de
desaparecer quiero conocer lo más que pueda de este orden caótico.
También he decidido grabar este mensaje en una gran piedra negra
rectangular que dejaré cerca de una galaxia que he dado en llamar
Vía Láctea.
*
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