> Arcanum VI: marzo 2017

domingo, 19 de marzo de 2017

Ciudad Palimpsesto II

Por Diego Bang Bang

6) Condicional: abrir bien los ojos

Un óleo poblado con voluminosas nubes yace como telón de fondo. Se colorea con finos hilos de luz naranja y magenta. En primer plano se observan hoteles, edificios comerciales y oficinas de gobierno. En otro plano, más epidérmico, una llamarada de autos y ríos de gente. Las nubes doradas cuentan una infame historia de amor. En su seno de algodón, todas las tardes el sol asalta con fuerza lujuriosa y crepuscular a la luna. Los ríos de gente no lo notan por lo regular. Pero todas las tardes, en las mismas coordenadas del firmamento, Él calma su ansiedad al beber de los turgentes labios de Ella. Por la noche, huyen al pantano onírico de la existencia.
 
7) Condicional: un poco suerte

Pudimos no haber vivido en el pospretérito. Alejarnos de la cruel posibilidad del pasado. Sentarnos en medio de Plaza de República con una sonrisa absoluta en la comisura presente del tiempo. Desactivar los mecanismos ansiosos de casa embrujada. Podíamos dejar de sentir un ardor en la garganta causado por nuestras neurosis insalvables. Acercarnos más a la factibilidad del futuro. Sentarnos en Santa María La Ribera en la tensa cuerda del equilibrista absoluto del presente. Pudimos, podíamos y, sin embargo, fuimos pospretérito. ¡Canallas! 

8) Condicional: la vocación de incendio 

RUINAS DEL TEMPLO MAYOR

Aquí cayeron los antepasados

Pueblos hábiles para la guerra   temerosos 

de sus hoscas deidades

Con manos delicadas para tallar la piedra

entretejer las plumas

abrir el pecho del cautivo 

y con lágrimas

para llorar después la servidumbre 

9) Condicional: encontrar a Él

Holly Fernández ha sido su nombre por mucho tiempo. Tomado de una vieja canción inspirada en Scott Fitzgerald una mañana de viernes, a ritmo de jazz mientras vislumbraba el sabor local de Ciudad Palimpsesto. De su pasado recuerda poco. En sueños, a veces lo recuerda mucho. Cuando esto sucede, su pecho vibra y le causa disnea. Un vértigo acompañado de lágrimas ralentizadas. De su futuro recuerda mucho. Una misión sideral, sobre todo.

Pero antes… 

Una mañana límpida. De lluvia cristalina, de aire fugaz. El escaparate de una librería. Autos y siluetas danzan en el reflejo del vidrio que funciona como filtro a sus ventas. Holly mira la portada de un libro. El fondo del cielo, un libro portátil y vibrátil. Cuando lo tiene entre sus manos se identifica: “[…] una historia con ciencia ficción.” Así es como fluye su existencia, entre cuentos infragalácticos de escritores rusos y teorías psicoanalíticas para explicar la anomalía de su memoria. “¿En qué momento comencé a recordar mis vidas futuras? Tu cuello, tu cabello ensortijado, el sabor de tus labios…”, se dijo de inmediato. Al salir de la tienda, ubicada en la Torre Central, un repentino golpe del destino: el choque de dos estrellas incandescentes. Así lo piensa ahora, aunque en ese momento sólo fue un grito pequeño de pudor y un “disculpe usted”. El pacto futuro se selló mientras las manos de él entregaban el libro portátil y vibrátil. Justo como sus corazones. 

***

Mientras camina agarrado de un libro de José Emilio Pacheco lo nota. No ha podido dejar de pensar en la mujer con la que chocó hace unos días. Mujer Intergaláctica ha decidido llamarla. 

10) Condicional: perder la decencia

Calle Mina: su rostro supura incertidumbre, sus labios rugosos claman por un poco de agua. Una parte de su cuello ha sido arrancada. En esa superficie, sangre roja coagulada convive con carne ennegrecida por el tiempo. Sus pasos son nimios. Ínfimas monedas brillan entre sus dedos. En cualquier momento una coladera mal dispuesta lo tragará por completo. Un desecho más de Ciudad Palimpsesto. 

El detective asoma todas las noches de su agujero favorito. Tiene bigotes largos y orejas puntiagudas. Apostado en la superficie sondea los pesares de los transeúntes. Como el de aquélla mujer detenida en la oscuridad de la pequeña plaza Tristessa. Quien recuerda el primer beso y también la amarga despedida.