> Arcanum VI: mayo 2019

martes, 14 de mayo de 2019

Mosquitas panteoneras

Por Diego Bang Bang

Cientos de mosquitas comenzaron a pulular mi casa en los últimos días. Mientras reviso de manera periódica pienso en la razón de su existencia. Todos los días recorro la casa con un matamoscas para tratar de disminuir su número, pero luego de tres semanas no he logrado tener éxito. Un día se concentran en mi cuarto (los días más tristes) y me hacen pensar en nuestras noches llenas de sexo; me hacen pensar en nuestros cuerpos recargados mutuamente para atravesar las noches más difíciles (tu ansiedad, mi ansiedad). Algún otro día se aglutinan en la cocina y me recuerdan que nuestro amor comenzó por el paladar. Cuántas cosas no entendí de la comida a tu lado. Cuántos sabores y nuevas texturas, también comprendí las numerosas enfermedades del estómago. A veces aparecen en el baño, nuestras espaldas mojadas y tu aguante a mi forma pauperizada de existencia. Algunas se estacionan en los laterales de mi sala derruida y vuelan sobre nuestro primer beso al amparo de la impunidad alcohólica. 

Estas mosquitas dibujan formas que he decidido no mirar. La fotografía nunca tomada de nuestras caras juntas o bocetos insólitos de los lugares paradisíacos a los que alguna vez fuimos. 

Una de estas noches, cortado por el insomnio, pensé en la relación de las moscas con los cementerios. Incluso existe una subespecie que llamamos de manera coloquial como panteonera. Estas mosquitas pululantes son esa parte de ti que muere en mí. Y mi casa es su cementerio. Estúpidas mosquitas panteoneras.