> Arcanum VI: agosto 2013

domingo, 25 de agosto de 2013

Lado B

II

Por RadiAn Luna

En un futuro no muy distante será escrita una novela de título Octubre. El nombre del autor no tiene trascendencia, la obra lo rebasará como suele suceder con los trabajos iniciáticos. Arrastrado por las intenciones de fabricar un monumento y una obra literaria digna de sus predecesores y maestros[1] escribirá por las noches sólo con la luz de una vela como un santo o, con la luz de su computadora, como un adicto a las anfetas su delirio hecho palabras. Llevará su escritura a los límites de la representación[2] buscando el artilugio adecuado para cada uno de los distorsionados capítulos[3]. El trabajo lo encontrará recorriendo lecturas y citas que lo iluminaron o lo atormentaron a lo largo de la metamorfosis de su labor literaria y lo formaron como criatura retadora y creadora de su propio Universo Literario, camino anhelado por todo aquel que porte la vocación de escribir los textos de la noche.
La labor escritural de la novela no se verá atada a ningún sitio en particular ni a ninguna disciplina impuesta por su autor, simplemente estará repartida en varios episodios que tendrán lugar a lo largo de una ruta que recorrerá a través de su país. Un colapso de lucidez en la playa Punta Incendios, patrocinado por varios micropuntos de LSD, dará pie a la primera serie de letras que conformarán el poema central. En la carretera, buscando la perla Beat, escribirá caminos  por los cuales entramar a sus personajes, visiones que llegarán con cada puesta de sol y caída de las estrellas. Alucinaciones en la selva, fiestas de pueblo y de ciudad, sueños de desierto, luces de frontera, recorridos del juego Turistas y Vagabundos, del que será participe activo, acabarán por moldear la idea total, anagnórisis, que será transcrita a una notebook en los ratos libres que tendrá, de vuelta en la capital, entre trabajos eventuales, drogas legales e ilegales y amores imposibles. La tarea de buscar casas editoriales no se vestirá con las prendas de la suerte. Optará por las plataformas electrónicas para subir en entregas algunos capítulos. Finalmente, después de varios intentos en la red, una casa editorial pequeña[4], aceptará, un 19 de octubre, publicar el libro bajo su sello.    
Un manual para el abismo; instrucciones para transitar por los caminos de la incertidumbre del amor, deambular por los laberintos rotos de la locura y perderse tras abrir y cerrar cada puerta que resguarda un recuerdo desempolvado por las manos de la gracia o la desventura. Una colección de historias ideadas como pistas para un soundtrack que toca y canta sobre el camino que recorremos en busca de una verdad que nos resulta impostergable para vivir una existencia plena de significado y trascendencia, serán las palabras de la crítica más optimista tras la publicación de Octubre en los círculos literarios de la Ciudad de México. Tendrá varias reseñas en publicaciones culturales, digitales e impresas. Será mencionada en algún programa de difusión cultural en radio, tv e internet. Venderá un número reducido de ejemplares los primeros meses y después se perderá en las librerías como saldo vencido y será desechada a los estantes de ofertas y descuentos. Algunos ejemplares terminarán en la calle de Donceles a merced del polvo y la entropía, unos pocos en las manos de  lectores apasionados por los relatos desesperados. Lo demás será intrahistoria.
            La novela no revelará ningún misterio. Nadie se condenará por leerla y viceversa. En lo absoluto, jamás recibirá un premio de la crítica. Tendrá a bien ser recordada por un puñado de secretos seguidores que la mantendrán como lectura de cabecera para esos días inclementes en los que las nuevas tecnologías harán cada vez más irreal el paso del tiempo y las relaciones humanas. Algunos ejemplares tendrán el mejor de los destinos: la sección de literatura latinoamericana en alguna biblioteca.




[1] En alguna carta a su amigo, cofundador de Movimiento&Sombra, declarará una lista de autores y obras de influencia evidente para la creación de su primera novela. Aquí el fragmento de las menciones: Buscando en todos esos años de delirio y escritura pude clarificar las señales y los ejes por donde se movieron mis letras para conformar mi texto. El orden de los textos y los autores  que menciono a continuación  no tiene escondida intención alguna, solamente es como  recuerdo cada obra apareciendo en mi vida. Empiezo con El tarot de Marsella, por razones obvias.  Quevedo, por ese soneto que versa sobre el polvo (Amor constante, más allá de la muerte). Bernardo Couto Castillo y sus tres niveles de Asfódelos. Franz Kafka,  por el absurdo posible que es El proceso. Juan Rulfo, por el fantasma de Pedro Páramo. Jack Kerouac por su Tristessa mexicana y por el desencanto total de Big Sur. Adolfo Bioy, y los primeros atisbos Sci-fi en La invención de Morel. Phil K Dick, Fluyan mis lagrimas dijo el policía, plagado de drogas, desdoblamientos, alucinaciones y revelaciones.  Salvador Elizondo, Farabeuf y su crónica del instante. Julio Cortázar, por obvias razones (más obvio aún, por el capítulo 73 de Rayuela). José Agustín, por el colapso y la catarsis muy Cerca del Fuego. Morirás lejos de José Emilio Pacheco. El borracho de Charles Bukowski limpiándose el delirium con La manta. Al poemario Tres de Roberto Bolaño le debo todo. Rodrigo Fresán, por las primeras letras (y las últimas) desde El fondo del cielo. A la fragmentación y a la estética de la tristeza en Nocilla Experience de Agustín Fernández Mallo. Mario Santiago y su Jeta de Santo (recopilación). Mitología Perpetua de Fernando León Baltazar. Y cómo no incluir tu poema Elipsis Borrascosas
[2] Auerbach-Baudrillard
[3] El libro se dividirá en dos partes de cinco capítulos cuya lectura irá de izquierda a derecha para una mitad de los apartados y de derecha a izquierda para la mitad restante. Ambas partes tendrán como punto de unión un poema que se inscribirá en las páginas centrales y dará el final a la obra.  Esta será la ordenación de los capítulos según la última edición que se conocerá (Habrá otra en la que cada apartado contendrá un subtitulo entre paréntesis) :

1 Arcanum XV : LE DIABLE
2 Vino desde el mar
3 El porqué de los tiempos
4 Bolero o La creación de los monstruos
5 Mándala
LADO B (Poema central)
5 Espiral
4 Nudo órfico
3 Canibalismo perihélico
2 Granada de-fragmentación
1 Enrayuelado
 
[4] Ex-tinta-Editorial

domingo, 11 de agosto de 2013

Vendavales de arrabal I

El pasado más distante 

Por SonnyDe_Lorean
El olvido es el hermano ausente de la memoria
pero siempre es reconocido en su presencia”
Cees Nooteboom

La oscuridad abnegaba la parte trasera de aquella bodega hasta dejarla desnuda de color, sólo un hilito de voz se logró colar por el haz de luz que proyectaba aquella televisión, se escuchaba el sonido monocorde y tétrico de las personas que no se inmutan por callar la verdad y ofrecer la mentira como el mejor sedante tan bien aceptado por la ignominia social: elecciones libres y transparentes, combate inteligente contra la delincuencia, cruzada nacional para erradicar el hambre, economía mexicana a la alza…
 
Solovino, mote inmerecido que sobrevive más tiempo que su nombre y lo único que conservó de la travesía * sin retorno; estaba sumergido en ese letargo que causa la vida del encallado y la monotonía del presente. Tal vez por eso muchas veces sintió que el patrimonio de su despilfarro consistía en colocar el número de envases vacíos sobre la mesa cuando engullía la última gota; de aplastar las colillas de cigarro después de que la nicotina fuera consumida y las volutas se disolvieran en la nada como todas las personas que habían entrado y salido de su vida; y exprimir los limones en su boca con tal saciedad para cicatrizar las palabras y los besos que sólo la lengua herida puede dar. Como si tales acciones apaciguaran la continuidad de las decisiones que estacionaron lo que imaginó sería su vida, dejándolo sustraído en el presente como un ebrio a la deriva.  

(Quince años transcurrieron para que volviera a retumbar en su consciencia el epitafio que su padre le dijo con el que dejó atrás su pueblo: “puedes huir del pasado, pero el pasado nuca te deja”. De no ser por esa frase que acaba de recordar, pensaría que el parto de su vida comenzó en la adolescencia, cuando dio el primer paso con el que cortó el cordón umbilical que lo separaba del nombre que alguna vez existió, y después otro paso más en el que aún palpitaba su pretérito, y así de pasos fue dando hasta que borró la historia cuando ya no hubo nada que se la recordara.  

El alcohol ha entrado como narcótico en sus neuronas, es un muerto contento; aunque tiene la desazón de que el motivo por el que está aquí no es su pasado remoto, sino su pasado inmediato, intentando  poner una dimensión justa al tiempo). Trata de recordar que lo trajo aquí… y como la suerte o como la muerte, que para el caso es lo mismo, cuando uno menos la espera, le llega. Subrepticiamente la memoria desempolva el recuerdo perdido… 

se ha sentido mal porque desde que tiene uso de memoria siempre quiso errar para perderse en el culo del mundo, arrogarse a/en la nada para seguir una dirección de viaje sin brújula y ser como esos seres mágicos que son capaces de aparecer en todos los rincones del planeta: los extraviados extraños o los extraños extraviados; cuando ve escenas tan miserables y desproporcionadas como la muerte de un vagabundo cuesta creer que le duela tanto. Fue el motivo que lo orillo a hacerle un homenaje fúnebre al futuro que ya no será, al fantasma del porvenir que vivió debajo de los puentes o donde la noche le vomitara, a los viajeros eternos y sin reparo. El único cementerio que pudo encontrar para tal ritual no es gratuito que se llame Los Olvidados

… y parece algo increíble porque tan sólo han pasado tres horas desde que vio aquel hallazgo e hizo un esfuerzo terrible por recordar. Después de todo cumplió con un doble sepelio, porque Solovino con el paso de la sequía ha desarrollado una desaforada virtud, es capaz de enterrar y cantar un réquiem a su memoria cuando así lo desea, nuevamente ha sepultado su pasado.

Se está haciendo tarde y es hora de regresar a casa en donde lo esperan su esposa y sus dos hijos,  los tres clavos que lo crucificaron en el madero de sus decisiones y su presente. Golpea la mesa maldiciendo que el amor  sea capaz de arruinar el futuro de la nada y que Solovino no le advirtiera que estacionarse por amor lo dejaría varado para siempre. Aún queda un diminúsculo y desproporcionado trago en la botella. Lo toma para no recordar el trago que lo trajo aquí…


________________________________________________________________________* en la que muchos familiares y desconocidos se embarcaron para cumplir con los designios del viaje tradicional, clásico, épico, triunfal y convertirse en los pletóricos Ulises modernos para regresar a casa con la desfase de la Historia, con las ilusiones destrozadas, con la piel vetusta y los sueños desalmados y ya para siempre con la mirada cuesta abajo… Fue aquella noche impávida y absorbida por la memoria cuando platicó con Solovino, un anciano que vivió unos meses en Resignación de las Peñas; siempre fue mal visto, no sólo porque era extraño, sino porque en los meses que estuvo parecía insensatamente feliz, pueblo al que le era difícil compartir tal estado de ánimo. En ese extracto en que la tarde se convierte en noche, Solovino caminaba por el escampado y vislumbró un punto que al acercarse se convirtió en persona, no sabía si contemplar a la persona o lo contemplado por  la persona, ambas escenas dignas de fascinación. Solovino miraba a Venus, cuerpo celeste que es ocaso de la tarde y alba de la noche. No deseaba distraerlo pero el ruido que ocasionó al pisar las hojas secas lo hicieron volver hacia él. Solovino vio a un chico flaco y correoso, tostado por la inclemencia del Sol. Sin saber porqué, el anciano le platicó que el único lugar al que no ha viajado es al espacio, pero que estaba seguro que esos puntos refulgentes que se ven en la noche si nos acercáramos más veríamos otras formas de vida, y lamentaba que este tipo de hazañas y proezas ya no tendrían cabida para él, el único consuelo que alberga es que siempre habrá viajeros sin reparo que escribirán la Historia del Futuro; que él sólo es un hombre destinado a seguir perdiendo y vagando con esta forma de vida, que si lo veían feliz los demás es porque es muy fácil malinterpretar la desdicha y que lo único que lo reconforta es vagar en línea recta, “una especie de peregrinaje, de viaje que procede siempre hacia adelante, hacia un punto imposible del infinito, como una recta que avanza titubeando en la nada”, como perro sin dueño; le era ajeno la dicha del viaje circular contemporáneo, que este pueblo y todas las ciudades han corroborado lo que piensa, que el volver solo paraliza y hace más insoportable la vida, hace que la pesadumbre sea eterna y a pesar de que él también tenga la desdicha encima nada más por ser humano, le pesa menos, porque no hay pasado

lunes, 5 de agosto de 2013

Lado B

I


por RadiAn Luna

Después de todo este tiempo sigo encontrando gatos en todas partes; en marquesinas, jardineras, bajo la cama, en portadas de discos, a media noche en grandes avenidas. Inclusive los he notado cerca de la ventana abierta cuando escucho Flores sobre las piedras, juego a que me entienden y supongo que es a ti a quien buscan y les digo entre risa y lamento que nadie está aquí, no hay nadie aquí, nada hay aquí. Fingen no entender, ronronean, sueltan dos o tres vocablos gatunos fuera de mi comprensión y se alejan en busca de una gata, de una rata, de algún veneno o de una llanta que los reviente lejos de este lado. Mientras caen las hojas y Octubre no acaba por instalarse del todo en este rincón del cuarto y la lluvia sigue con los últimos estertores, leo el libro que olvidaste o dejaste a propósito. Un bonito separador abre el libro en la página 19 y aparece tu nombre escrito con la noche. No hay mucho que leer. Es una lectura que no disfruto. Tediosa y pretenciosa. Con todo y su epígrafe que cita y recita a un Fresán realmente enloquecido por la nieve. Supongo que al escritor le llama la atención tal palabra que en su latitud ecuatoriana adquiere una dimensión irreal e inalcanzable. Niña punk ¿en qué brazos duermes ahora?/ ¿Quién te lee esos cuentos mientras te penetra? vomita una canción de Los Bajones Eléctricos en mi computadora justo cuando el ocaso se presenta y el último rayo de luz cae en la nota que viene al final de tu libro olvidado, La amistad crece en tres soles y una luna y permanece a través de los mundos…