> Arcanum VI: agosto 2012

miércoles, 15 de agosto de 2012

Belleza Impertérrita

Belleza impertérrita 

Por Diego Bang Bang

Que no incólume. Y tampoco indómita. Del primer adjetivo se diría que esa belleza ha llevado una vida sin tribulaciones. Del segundo, que rompe esquemas y/o cualquier convención. El primero se referiría a una catedral de la Edad Media. Del segundo, un edificio posmoderno. Pero no... esos adjetivos no son los que busco. Porque, a decir verdad, la belleza de ella pertenece a un contexto donde el Mal ha ejercido sus potestades históricamente. Es decir, es un lamento latinoamericano.

Porque el adjetivo de impertérrita implica tribulaciones. Vejaciones, insultos y muchas tristezas. No directamente, sino contextualmente. De sí, ella lo sabe, vivir acá en el Desencanto latinoamericano implica un camino difícil. No para vivir; ya para sobrevivir. Y, a veces, esas capas y capas de maldad parecen ofuscar esa belleza. Belleza como de artesanía, como de ruina, como de lamento ancestral. Y esto no quiere decir que sea dramática. Pero es que la mierda acá siempre la traemos hasta el cogote. Bueno, no todos. Algunos (muchos que son pocos) viven bien. Y delectan las virtudes de la belleza europea. Aspiran a parámetros artísticos de altos vuelos. De primer mundo. Y dicen que así cambiarán el contexto latinoamericano. ¡Pendejadas!

Regresemos a ella. Sufre. Es aún más bella. Se queja. En el sosiego es bella. Piensa pegada al cristal del camión. Es irremisiblemente bella. Alguien cercano muere. En el duelo su belleza se muestra y nunca se amaga. Se inclina para lamentarse. Y, de verdad, su belleza es como de canción. Como de canción que se lamenta. Los otros, los del primer mundo mexicano, prefieren las catedrales y los edificios posmodernos. Yo me mí prefiero la Utopía del lamento latinoamericano.





martes, 14 de agosto de 2012

Deshacer el amor


Deshacer el amor

Por Diego Bang Bang 

Alguien tiene que hacerlo. De día o de noche. Eso no importa.
    
    1)       Esa madeja llamada amor también afloja sus urdimbres. Sus urdimbres injustas. Porque la memoria es injusta. Y, por supuesto, la madeja consta de muchos recuerdos…

    2)      Alguno de los dos llora. Después de tener sexo. Es lo peor. Porque ahora ni siquiera el hilo placentero de la cópula puede tejer nuestra experiencia amorosa.
 
    3)      No puedes moverte y quisieras que esta historia estuviera escrita en tercera persona: “Él no puede moverse. La necesita como razón de vida.”
     
   4)      Los fantasmas son tantos. A veces también aparecen zombis. Un fantasma, su risa en alguna calle del Centro. Un zombi, su nombre en el parabrisas de un camión popular.
  
   5)      Y sí… todavía guardo alguna carta. Algún calzón tuyo también. Lo robé. Espero que tengas mi vinil. Sí ese… El de “Blonde on Blonde”. Título absurdo. Como nuestra despedida.
  
   6)      ¿Podríamos afirmar que nuestros destinos terminaron por cruzarse? ¿Podríamos negar que de alguna manera nuestros derroteros terminaron por bifurcarse?

   7)      Escribo en la sombra. Sobre la sombra de nuestro amor. Y, a veces, la sombra es insoportable. Más bien, las dos sombras. En la oscuridad de la sombra te extraño.

   8)      La ansiedad muerde. Como una hiena muerde el desperdicio. Y todo yo estoy hecho un desperdicio. La hiena acecha mi cuarto. La hiena ha entrado y se dispone a morder.

   9)      “Es como si esa persona muriera”, dijiste. Entonces, ahora estoy muerto para ti. Tu funeral fue bonito: con flores, vino y música de Elliott Smith.
 
   10)   Y mientras ella, la mujer que se tragó el vacío, agoniza, te imagino a ti también en esa instancia de la muerte. En ese punto en el que no hay retorno y hasta donde debe llevarse la vida, según Kafka.