Por Diego Bang Bang
Poseer. La ilusión de poseer. El verbo-fluido, líquido o,
mejor aún, plasma. En eso pienso mientras muerdo tus nalgas. Mientras mis dedos
se marcan en tu piel blanca. Un bello truco de magia. Mejor que cualquier
tatuaje. Estar sin estar. Porque el sabor nunca es cicatriz y las verdaderas
cicatrices se llevan en el alma.
Poseer. La ilusión de poseer. En algún momento pensamos que
nos pertenecíamos. Pertenencia arcaica a manera de artesanía. Como esos
hermosos cabellos muertos que guardo en la guantera del alma. O como los sueños
donde la única estratagema es mordernos hasta sentir arcadas.
Poseer. La ilusión de poseer. No tengo miedo, pequeña
Ariadna. Gigantesca Raina. El miedo es para los neófitos. Para esos que huyen
del fuego y prefieren las algas. Aquí estoy con la temperatura alta. Fiebre de
ti. Fiebre por ti. Listo a esperar mil años en lava. Hasta poder huir de mí, de
ti, de todos...