> Arcanum VI: Re Verb The/De Blues

domingo, 11 de mayo de 2014

Re Verb The/De Blues

Por Diego Bang Bang

6) Pero claro nuestro blues tuvo algún preámbulo: fuimos rasgadura de cuerdas. Fuimos espíritu en descampado y también almas en pena. Fuimos esclavitud sureña y herederos del hijo de casa (Son House) o la casa del hijo maldito –Gypsy Woman told me so. Y así tenía que ser porque nuestro lamento bluesero comenzó con nuestras penas. Fuimos, en primerísimo lugar, pequeñas tragedias.

7) Comencemos con el verbo, entonces. Bluesear. ¿Cuántas veces lo ejercimos? Lo vivimos. Solitarios entre tanta gente que no bluseaba; solitarios entre tanta gente que no ejercía su potestad de vivir en la tristeza. Acodado en algún puente de Canciones Tristes, esperaba a la blue woman autóctona de Villa de la Tristeza. A veces la dibujaba en mis cuadernos de falso estudiante; a veces podía presentir su forma en los agujeros indolentes del asfalto.

8) Be kind, mi little blues, & reverb: filamento de paja o la paja vacía. Así te sentías, no obstante tu corazón lleno de amor. Buscabas al forastero de los besos de ginebra, justo como Boxcar Bertha. Y tus trenes metafísicos se perdían por los vericuetos del desamor... otra vez. Y otra vez y otra vez. No obstante, el rumor lejano del forastero. A veces parecía que te acercabas; a veces, simplemente el rumor se volvía viento. Y ahí estabas, otra vez, en la casa embrujada.

9) “¿Cuántos blueses antes de volverme agua?”, me preguntaba mientras miraba mi forastera sombra. Por momentos, a lo lejos, podía lograr percibir algún tren. Corría y no paraba de correr para tratar de conocer su destino. Mi urgencia era llegar a Villa de la Tristeza. Muchas veces había soñado con dejar Canciones Tristes, pero simplemente no lo hacía. En el ínterin de la indecisión, soñaba con volverme agua. Agua caudalosa de río. Pensaba que así podría llegar más rápido a Villa de la Tristeza. Sigo pensando que sería la forma más sencilla... Mientras eso sucede, tendré que seguir corriendo para alcanzar alguno de esos trenes. ¿Metafísicos?

10) Los negros llegaron desnudos pero no solos. Una cauda de espíritus los acompañaba en su periplo trasatlántico. Estos espíritus los impelieron a fundar dos comunidades marginales: Canciones Tristes y Villa de la Tristeza. Por un tiempo, ambas comunidades gozaron de gran comunicación. Sin embargo, varios cataclismos los separaron. Según los espíritus, en sus lamentos mitológicos, estas comunidades se volverán a unir como en tiempos pasados. Esto pasará cuando un forastero de Canciones Tristes se enamore de la blue woman –autóctona de Villa de la Tristeza– que sueña con trenes metafísicos.

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