> Arcanum VI: Escribir a mano

jueves, 30 de enero de 2014

Escribir a mano

Por Diego Bang Bang

Escribir a mano tiene todavía algún encanto. Pienso si el enunciado anterior debería tener signos de interrogación. Porque escribir a mano es una actividad que ha venido a menos. No obstante, son pocos los que se lamentan de ello. No se lamentan, al menos, tanto como en cuanto al detrimento de la lectura. Y tienen razón, porque la lectura es más importante. Muchos podríamos dejar de escribir y no sucedería nada. Pocos son indispensables para las perras negras.

Escribir a mano se parece un mucho a masturbarse. En ambas actividades el autor deja pasear a la mujer por su cabeza. Escribir a mano, entonces, es tan vulgar como la chaqueta. Es curioso como es más sencillo, en ambas manualidades, ser perverso, ser un puerco. Cuando se trabaja en ello, basta pensar un par de tetas, un par de nalgas o el rostro de placer de alguna vecina o compañera de trabajo.

Escribir a mano es hacerse un masaje. Uno muy necesario en la conciencia. Más cuando se ha tenido un día de la chingada: todos los pendientes se volvieron independientes. La gripa asomó todo el día por las fosas nasales y se encerró en los oídos. Entonces se necesita un masaje: respirar hondo, olvidar todo. Incluso a Ella.

Escribir a mano para Ella. Esa era la verdadera razón, el impulso primordial. Ella que se ha convertido en una ansiedad constante: una necesidad. Escribir a mano para no caer en la tentación de charlar con Ella. Escribir a mano para repasar lo poco (que es mucho) que se sabe de Ella. Escribir a mano para consignar las notas mentales en hechos nodales.


Escribir a mano para después masturbarse. Todo se acabará cuando tus manos se muevan en aquella geografía. Y entonces tendrás que volver a escribir con las manos vacías.

No hay comentarios:

Publicar un comentario